domingo, 20 de enero de 2013

Cuando ya me haya marchado.


Cuando ya nadie te quiera, 
y quieras marcharte. 

Me recordarás... 
buscando mi ternura entre tus recuerdos, 
entre lágrimas incomprendidas, 
y en el silencio de tu soledad, 
gritarás mi nombre. 

Buscarás mis palabras, 
para revivir todo aquello que nunca quisiste recordar... 
Y entre esas palabras, 
recordarás con inmenso dolor, 
aquellas risas tan inocentes, 
que siempre te arrancaba, 
y en los besos que te di. 

 Verás la luz y la oscuridad, 
clavada a tu alma,
 mezclada con aquel silencio callado, 
que hoy consigo adivinar en tus ojos. 

Un destino marcado, 
por la amarga ausencia, 
de un amor inolvidable, 
creado de la nada, 
y que aún se niega a morir. 

Pero cuando te sientas perdido, 
cuando te amenace la locura, 
y tu amor no esté a tu lado, 
tu corazón preguntará por mí, 
aunque ya no estaré a tu lado 
abrazando tus miedos, 
resolviendo tus dudas, 
y compartiendo tus sueños. 

Porque me habré ido para siempre, 
como se nos va la vida, 
porque aunque no me quiera ir, 
tú me echarás en plena noche, 
y me iré llorando. 

Me alejaré con mis alas rotas, 
y no habrá marcha atrás. 

Cuando ya me haya marchado, 
y tú me extrañes, y me recuerdes, 
me llamarás a gritos desesperados, 
y todo será en vano, 
porque puede que ya sea tarde.

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